Spandrell para hispanohablantes (parte 1: el absurdo como mecanismo de coordinación)

Esta es la primera de 4 partes acerca de Spandrell. Spandrell es un europeo viviendo en Asia que escribe acerca del pasado y el futuro de la civilización. Él considera que la civilización occidental está en una espiral descendente de muerte y escribe ensayos para explicar el por qué. Recomiendo ampliamente visitar su blog para leer sus escritos más importantes, dado que en este espacio solo me dedicaré a traducir y sintetizar las que considero que son sus mejores ideas.

¿Por qué las ideologías políticas recurren al absurdo?

En la última iteración del progreso estamos ya hablando sobre los transgéneros y las operaciones de cambio de sexo. Un problema que concierne a una muy diminuta fracción de la sociedad, pero que cobra fuerza como bandera para indicar cuál es la posición de la vanguardia en este año. Uno puede ser cancelado del juego político por no tener la posición correcta con respecto a este tema y en algunos casos, de tener un trabajo decente. Más adelante escribiré sobre este tema particular, que es bastante picoso.

Spandrell cuenta una vieja historia china, que es muy similar al cuento Las ropas nuevas del emperador (aunque desde la perspectiva de Spandrell, el final es bastante estúpido). Esta es la historia de Zhao Gao, un ministro del primer emperador de Qin, quien se ve en una situación complicada cuando muere el emperador (solamente se entera) y el heredero al trono era enemigo suyo.

Tras una conspiración en la que él, junto con el primer ministro, mandaron un edicto imperial falsificado solicitando el suicidio del heredero al trono (que sí sucedió, los valores de la premodernidad son de lo más interesante), lo que dejaría como sucesor a un infante llamado Huhai, el segundo emperador de Qin.

Zhao Gao terminó convirtiéndose en el Primer Ministro y cuidadosamente destruyó a todos sus enemigos, incluyendo a los hermanos y hermanas del emperador. Conforme pasaron los años, cuando el emperador empezó a tener problemas con Zhao Gao, éste empezó a considerar el asesinato del emperador, pero no sabía si podría tener el apoyo de la corte como para lograrlo y salir vivo.

Esta es la historia:

Zhao Gao trae un venado al palacio. Lo agarra por los cuernos, pide al emperador que salga, y le dice: “mire, su majestad, le he traído un hermoso caballo”. El emperador, no muy encantado por la contradicción le dice: “Seguramente te has equivocado, llamando caballo a este venado, ¿no?” Y entonces el emperador voltea a ver a los ministros. Algunos se quedan callados, sudando profusamente. Otros abiertamente gritan que es un hermoso caballo. Con su cola y sus piernas enormes. Un gran caballo, demostrando que el primer ministro tiene el mejor de los gustos. Unos cuantos sí se quejaron y dijeron que era un venado, no un caballo. Esos cuantos fueron poco tiempo después ejecutados y el mismo emperador fue asesinado tiempo después.

Vean el original, tiene muchos más detalles. https://spandrell.com/2015/06/03/the-purpose-of-absurdity/

Esta historia relatada por Spandrell me abrió los ojos para entender la exuberancia de muchas ideologías políticas. Lo que una persona puede lograr es bastante limitado, pero los grupos organizados de personas pueden construir catedrales, conquistar territorios o ir al espacio. Por eso, el primer problema práctico a resolver en la política es el de la lealtad. Este es un problema eternamente complejo, porque la lealtad puede fingirse.

Una solución, y es la que describe este pasaje de la historia china, es recurrir al absurdo. Digo, esta no es una idea nueva y mucho se ha analizado sobre eso en economía de la religión: señalizar la lealtad debe ser costoso para que solamente la gente correcta esté dentro del grupo. Una vez que se logra separar a los justos de los pecadores, entonces uno puede proceder a construir catedrales, conquistar territorios o a ejecutar al emperador.

Esto hay que entenderlo y asumirlo a profundidad, dado que es el primer paso para despolitizar tu vida propia. Uno puede empezar a vivir en paz, en el momento en el que la lucha de ideas deja de verse como un combate entre la luz y la oscuridad y más como un juego táctico y retórico que emplea este tipo de estratagemas.

A nivel personal, en la construcción de instituciones he recurrido a ello y ha sido de gran valor. Una idea absurda, un ritual absurdo, un nombre absurdo o una costumbre absurda puede convertirse en un Schelling point para que gente de contextos e historias personales diversas e incompatibles puedan hallar pertenencia a un grupo.

También este tipo de cosas son importantes en términos de autopreservación. Hay que entender quién dice qué y por qué y cuáles son las consecuencias de estar de acuerdo o en contra públicamente. Los individuos que públicamente tratan de explicar que lo que tienen enfrente es un venado y no un caballo son los primeros en la horca. Un ejemplo: La respuesta correcta en el tema transgénero es afirmar sin un rastro de risa que cada vez hay mujeres más rápidas y fuertes. Por eso creo que la gente en la derecha está siendo muy estúpida, dado que inmediatamente se ponen encima la etiqueta de enemigo, en lugar aprender a jugar el jiu jitsu verbal y el juego de coaliciones amigo-enemigo.

No obstante, cabe señalar que el absurdo es una herramienta imperfecta. Si bien esta prueba logra determinar quién es leal y quién no, también la pueden pasar los loquitos. Y cuando se te llena tu coalición de loquitos, eso puede terminar muy mal. De eso trata un segundo texto de Spandrell, que analiza este fenómeno en el contexto de la Revolución Cultural china.