Spandrell parte 2: todo puede terminar muy mal

En la ocasión anterior platiqué del texto de Spandrell Point Deer Make Horse, o el propósito del absurdo, que trata de cómo una persona inteligente puede usar el absurdo como mecanismo de coordinación y prueba de lealtad. Ahora quiero platicar de otro texto, que es igual de importante, y que describe qué es lo que pasa cuando un mecanismo de coordinación de este estilo se sale de control.

A continuación una traducción/síntesis/resumen de este gran texto.

Esta es la historia después de la Revolución China, en la que los revolucionarios se hallan al final de la guerra, pero sin cohesión y teniendo que inventarse el culto a la personalidad por Mao.

Tras la revolución, una vez que uno tiene una burocracia, uno tiene muchos burócratas, cada uno con sus intereses y dinámicas. En particular, les interesa mantener sus trabajos. Quieren ascender y quieren que les eches la mano si hiciste algo mal. Esa burocracia es altamente jerárquica y va a adaptarse siempre a lo que diga la persona en la cima. En especial, si de esa persona dependen los ascensos y las vacaciones.

Sin embargo, una vez que se crea en culto a la personalidad como el que sucedió con Mao, ya no se podía detener. Quien no estaba de acuerdo no podía coordinarse con otros sin terminar diciendo que todo lo que habían hecho estaba mal. Mao al principio se enfrentó a un partido y un ejército lleno de opositores, tal vez mayoría, pero no tenían forma de saberlo ni de coordinarse. Así, fueron eliminados uno por uno. Un puño cerrado, aunque sea muy pequeño, siempre es más fuerte que dedos separados.

El culto a la personalidad se convirtió en un arma para las batallas internas de la burocracia. Sin embargo, una vez que todos siguen el culto, éste se convierte la única forma en la que uno puede mantener su propio trabajo. Incluso si uno no está de acuerdo, la mejor forma de mantenerse dentro del sistema es usar el culto para protegerse a uno mismo, sino para disciplinar a la burocracia y a los soldados. Y una vez que aumenta la energía y el fanatismo, sucede un proceso similar a la inflación monetaria: Uno tiene que subir las apuestas o si no uno pierde su trabajo, o en el caso de la Revolución Cultural, uno termina en una zanja.

Uno hubiera esperado que esto llegase a un límite. El problema de la ideología es que la gente realmente la cree más allá de los juegos de poder dentro de la burocracia. No todos son unos cínicos calculadores. En muchos casos, la gente dibujaba a Mao más grande que el sol porque realmente lo creía.

Al principio, el culto a Mao era la forma en la que los burócratas se comparaban entre sí mismos. Los que no eran lo suficientemente leales, no recibían ascensos, y quienes escribían poemas a Mao recibían los ascensos más jugosos. Sin embargo, conforme la locura avanzó no solo era tema de burócratas, sino de la gente del día a día. Si tu jefe te cae mal, podías soltar el rumor de que no amaba a Mao. Si tu hermano estaba siendo odioso, entonces no amaba a Mao.

Mao no ayudaba mucho, dado que su pasividad y silencio fue la que inició todo el proceso de locura en el que todos trataban de ser más santos que los otros, ya sea en beneficio propio, para joder a sus enemigos o para evitar que sus enemigos hicieran daño. Esto es lo que Spandrell denomina “la singularidad de izquierda”. Es proceso que se acelera tanto que nadie puede detenerlo, porque mostrar algo distinto a entusiasmo y lealtad absoluta terminar en el paredón.

Los chinos estaban siendo saqueados y asesinados por no ser lo suficientemente Maoístas, y Mao no decía nada. La gente tenía miedo y la única forma de sobrevivir era probando la fidelidad, al mismo tiempo que las atmósfera sangrienta, energizante, ruidosa de marchas diarias, mítines, linchamientos, ejecuciones y festivales terminan doblegando todo cerebro. Para sobrevivir era necesario entonces poner el retrato de Mao en el cuarto y memorizar el Pequeño Libro Rojo.

En menos de 20 años desde la victoria comunista, la cultura más antigua del mundo fue destruida por una espiral de señalización.

¿Por qué importa estudiar la Revolución Cultural? El progresismo radical se ha estado acelerando. Entre más haya presión para aceptar los postulados de éste, más rápido surgen nuevos postulados, y más y más rituales se requieren para convencer a la gente de los ideales progresistas.

Con el riesgo de perder un trabajo se logra motivar a la gente para que al menos digan de dientes para afuera la línea oficial. Sin embargo, para obtener verdaderos creyentes se necesita un entorno altamente emocional y energizante.

¿Tiene algo que ver esto con la realidad mexicana? Tendrá que analizarse más adelante.

https://spandrell.com/2015/02/19/explaining-the-cultural-revolution-signalling-arms-races-as-bad-fiat-currency/